Se inicia con tres ejercicios de la eterna juventud de cada uno durante la primera semana. Cada semana se aumentan dos ejercicios de cada uno (siempre que resulte cómodo; de otra manera, haga solamente los que pueda y a su propio ritmo): 3, 5, 7, 9, 11, 13, 15, 17, 19, 21. Cuando se llega al número 21, debe hacerse esta cantidad de ejercicios durante seis meses, después de lo cual podrá hacer, si lo desea, una ronda extra por la tarde o noche, empezando con tres de cada uno. Al empezar, solo debe hacer una ronda diariamente.
Si por alguna incomodidad no es posible hacer alguno de los ejercicios de la eterna juventud, puede omitirse; después de algún tiempo de hacer los demás, el cuerpo habrá adquirido la suficiente flexibilidad y podrá hacerlo.
Si por cualquier motivo se suspenden los ejercicios de la eterna juventud por cuatro días o más, es preferible volver a iniciar con tres de cada uno.
Estos ejercicios de la eterna juventud son una síntesis de las más potentes y benéficas posturas del Hatha Yoga. Después de muy breve tiempo de practicarlos, empezará a notar una gran variedad de cambios favorables en todos aspectos: flexibilidad, vitalidad, mejoría de la visión, mejor concentración, sueño tranquilo, mejoría de la salud en general, rejuvenecimiento, etcétera. Muchas personas empiezan a ver que sus canas recuperan el color original hasta que desaparecen por completo.
Quienes empiezan a practicar los ejercicios de la eterna juventud con disciplina durante unos días, al descubrir los resultados los convierten en parte de su vida cotidiana. La mayoría de las personas en la actualidad no encuentra fácilmente tiempo para hacer ejercicio; ésta es una manera muy práctica —a la vez que llena de la más profunda sabiduría— de mantenernos sanos y en forma.
Es preferible hacer los ejercicios de la eterna juventud por la mañana, antes del baño y de la meditación, pero también pueden hacerse a otra hora, si resulta más conveniente. Las mujeres embarazadas o las personas que tengan algún padecimiento en la columna vertebral deberán consultar a su médico.
EJERCICIO 1
1 De pie, derecho, con los brazos extendidos horizontales al suelo.Sin moverse del punto en que uno se encuentra debe girar lentamente sobre sí mismo.Se debe girar de izquierda a derecha
(Sencillamente dar vueltas sobre sí mismo, en el mismo punto, en el sentido de las agujas del reloj).
EJERCICIO 2
Tumbado en el suelo boca arriba con los brazos a los lados. Una vez que se haya estirado bien sobre la espalda, extienda los brazos completamente a los costados y coloque las palmas de las manos contra el suelo, manteniendo los dedos muy unidos.
1. Alce la cabeza del suelo, llevando la barbilla hacia el pecho.
2. Levante las piernas, con las rodillas rectas, hasta una posición vertical. Si le es posible, deje que sus piernas se extiendan hacia atrás sobre su cuerpo, hacia la cabeza, pero no doble las rodillas.
3. Baje lentamente la cabeza y las piernas, con las rodillas rectas, hasta el suelo. Deje que sus músculos se relajen y repita el ejercicio.
4. Respiración: Inhale profundamente cuando levante la cabeza y las piernas y exhale cuando las baje.
EJERCICIO 3
Arrodillarse en el suelo con las dos rodillas dobladas y el tronco recto. Las manos colocadas, con los brazos estirados, sobre los músculos de los muslos.
1. Inclinar la cabeza hacia delante, tocando el pecho con la barbilla.
con suavidad, mover la cabeza y el cuello hacia atrás todo lo que se pueda y, al mismo tiempo, se inclina uno hacia atrás arqueando la columna. Al arquearse se apoyan los brazos y las manos en los muslos para sostenerse.
2. Volver a la posición original y repetir el ejercicio.
3. Respiración: Inhale profundamente al arquear la columna. Exhale al volver a la posición vertical.
EJERCICIO 4
Siéntese en el suelo con las piernas rectas frente a usted y los pies separados a la anchura de los hombros. Con el tronco recto, coloque las palmas de las manos en el suelo a los lados de las nalgas, con los dedos señalando hacia los pies.
1. Lleve la barbilla hacia el pecho.
2. Deje caer la cabeza hacia atrás hasta donde pueda. Al mismo tiempo, levante el cuerpo de forma que las rodillas se doblen y los brazos queden rectos. El tronco formara una línea con la parte superior de las piernas, horizontal al suelo. Y los brazos y parte inferior de las piernas quedarán rectos, perpendiculares al suelo. Tense todos los músculos del cuerpo.
3. Relaje los músculos mientras vuelve a la posición original sentado y descanse antes de repetir el proceso.
4. Respiración: Inhale profundamente al subir el cuerpo. Contenga la respiración mientras tensa los músculos. Exhale todo el aire al bajar.
EJERCICIO 5
Colocar el cuerpo boca abajo en el suelo, las manos con las palmas hacia abajo en el suelo y los pies flexionados, con los dedos apoyados en el suelo. Tanto pies y manos han de estar separados mas o menos a la anchura de los hombros; los brazos y las piernas deben permanecer rectos.
1. Empiece con los brazos rectos, perpendiculares al suelo, y la columna arqueada de modo que el cuerpo quede combado. Mueva la cabeza hacia atrás todo lo que pueda.
2. Doblando las caderas, coloque el cuerpo en una posición de “V” invertida. Al mismo tiempo lleve la barbilla hacia delante, pegándola al pecho.
3. Vuelva a la posición original y empiece otra vez el ejercicio.
4. Respiración: Inhale profundamente al subir el cuerpo y exhale totalmente al bajarlo.